UNA PREGUNTA SALE A RODAS TIERRAS
Durante muchos días mamá Drusila
anduvo preocupada por su hijo.
-Cocorí, cuida los camotes que
dejé en el fuego.
Pero el negrito, sentado frente
al fuego, con la cabeza entre las manos, los dejaba convertirse en un obscuro
caramelo.
-¡Cocorí, cierra la puerta!
Pero el Negrito no la cerraba, y
la cosa llegó al colmo la noche en que vino la culebra y se bebió toda la leche
ordeñada de las cabras,
-Cocorí, otra que me hagas y la
vas a pagar.
Pero de nada valían los tirones
de orejas. Nadie le arrancaba palabra. No quería ni siquiera jugar con sus
amigos.
-Vamos a coger cangrejos a las
rocas - lo invitaban.
-Pescaremos olominas
- Te presto mi honda para matar pájaros.
Y el Negrito le cocinaba
medallones de plátanos con miel, fresca tortas de maíz o ricos caldos de huevos
de tortuga; pero el plato se enfriaba y la cabeza de Cocorí se poblaba de ideas
más negras que su piel.
- Esta noche hay luna llena y el
Pescador Viejo va a contar las historias del Tigre Manchado.
Ni se inmutaba. ¿Por qué se había
quedado tan solo?, era la pregunta que se hacía. ¿Por qué el barco no había
esperado su regreso y la flor se había marchitando?.
La Rosa había aromado su choza.
Lo había hecho más bueno. Por ello había enderezado a doña Modorra y había
defendido al Tití de las furias del Campesino.
El monito, con su cara de payaso,
lo miraba compungido desde su horcón.
A veces se colgaba de la cola y
balanceándose saltaba fuera por la ventana, dando varias volteretas mortales.
Pero la trompita de Cocorí permanecía fruncida y los ojos entornados llenos de
lágrimas
¿Por qué la Rosa había huido tan
luego? ¿Por qué no lo había acompañado hasta que fuera grande?
Al Viejo Pescador lo había
escuchado narrar innumerables veces:
-esas palmeras nacieron el día en
que yo nací. Cuando yo era muchacho, saltó de la tierra el primer cogollo de
ese tamarindo.
Y Cocorí sentía una profunda pena
de que, cuando fuera viejo; no podía contar en una noche de luna:
- Cuando yo tenía siete años esta
Rosa nació. Me ha acompañado toda la vida.
Y una rebeldía iba fermentándose
en su corazón. ¡Qué su Rosa hubiera vivido un día y en cambio otros, que de
nada servían sino pata hacer daño, vivieron y tantísimos años! Y al pensar en
esto recodaba al Caimán, el viejo Caimán del lago, al cual ya le habían tenido
miedo los abuelos de los abuelos de Cocorí.
"El mundo marcha de cabeza y
yo soy un niño y no puedo comprenderlo".
Por fin un día se resolvió a
salir de su silencio
Corrió donde estaba mamá Drusila
pelando papas y le preguntó:
-¿Por qué mi Rosa tuvo una vida
tan corta? ¿Por qué otros tienen más años que las hojas del roble?
La Negra lo miró de arriba abajo.
"¿Qué le pasará a Cocorí preguntando esas cosas?". terminó de pelar
las palas y fue adentro a barrer. Pero Cocorí le pisaba los talones por todas
partes con su pregunta. Por fin perdió la paciencia:
-¡Deja de molestar! Anda a
preguntarle al Viejo Pescador. Yo soy una Negra ignorante y no entiendo tus
preguntas -. Cocorí salió y se dirigió a la choza del Viejo Pescador. Lo
encontró ocupado remendando sus redes.
- En la tarde vimos pasar un
cardumen de atunes y esta noche vamos a salir de pescar - le explicó el Viejo
al responder su saludo.
Pero a Cocorí nada le importaba
los atunes y volvió a su pregunta.
- ¡pro qué mi Rosa tuvo una vida
tan corta? ¿Por qué otros tienen más años que las yerbas del monte?
El Pescador, que tenía tanto de
algodón y la piel rugosa, el Pescador que sabía tanto de los barcos y de la
selva, se quedó perplejo. Lentamente se rascó la lana de su cabeza:
- ¡Ah, Cocorí, cuando somos tan
viejos como yo, ya no nos hacemos esas preguntas! Cada pregunta que yo me hice
me dejó una arruga en la frente. Cada misterio que quise. Cada misterio que
quise comprender me dejó con un diente menos. Ahora tengo más arrugas que olas
tienen el mar, y mira cómo e quedaron las encías - Le mostró sus encías lisas y
rosadas y terminó -: Ahora espero que el océano y el bosque me cuenten lo que
me quieran contar. Yo no les pregunto nada.
Cocorí salió desilusionado, pero
fue a visitar al Carpintero, que vino a recibirlo con la cabeza llena de
aserrín, y le hizo su pregunta.
Pero el Carpintero no se dio un
martillazo en el dedo por escucharlo y gruño:
- Yo no sé quién hace estos
negritos tan preguntones.
Por el camino vio venir al
Aguador cargado con sus tinajones de agua.
- Mira, Aguador, ¿por qué...? -
pero lo desanimó verlo con la lengua afuera, muerto de cansancio, y prefirió
dejarlo pasara:
Fue a buscar al Leñador y lo
encontró con el genio avinagrado:
- Te contestaré cuando termine de
aserrar todos estos troncos - le dijo, y con un vaso gesto de la mano le señalo
todos los árboles del bosque.
Por último corrió donde el
Campesino. Podía decir que eran amigos desde la última aventura.
- Dime, Campesino, ¡por qué mi
Rosa tuvo una vida tan corta? ¿Por qué otros tienen más años que las semillas
del higo?
El Campesino se encogió de
hombros, demasiado ocupado en vigilar el maizal de las incursiones de los
monos.
Cocorí se sentó desanimado a la
sombra de una palmera. ¿Qué esperanza le quedaban de encontrar una respuesta si
los más viejos no habían tenido tiempo de hallarla?
El Tití, desde una rama, copiaba
sus gestos de desconsuelo. Pero algo divisó y bajó corriendo a avisarle:
-Cocorí, hi, hi, hi - y le
señalaba con el dedo.
Por la playa, con su paso lento,
entrecerrando los párpados de corcho bajo el sol encandilador, se arrastraba
doña Modorra como una jornada en la arena.
Cocorí corrió a su encuentro,
saltando descalzo por la arena candente que le quemaba las plantas.
- ¡Esa sí que debe saber! ¡Con
sus ciento cincuenta años de experiencia!
- ¿Qué te pasa, Cocorí ? - dijo
la Tortuga, en marcha hacia la sombra de los almendros y arrastrando al Tití,
que ya se le había encaramado encima.
- ¡Ay! - suspiró el Negrito.
- Tan niño y ya suspirando -
sentenció la Vieja.
- Doña Modorra, usted que es tan
viejo y tan sabia, ayúdeme.
- Cuenta conmigo para lo que
quieras.
- He ido donde el Pescador, el
Carpintero, el leñador, el Aguador y el Campesino, pero ninguna ha sabido
contestar mi pregunta.
- ¡Oh!, ¡los hombres! - dijo la
Tortuga con una sonrisa torcida, como diciendo: "¿Qué pueden saber esos
recién nacidos?" -. ¿Y cuál es tu pregunta?
- ¿Por qué mi Rosa vivió sólo un
día y otros tienen más años que las arenas del mar?
- No tanto, tampoco, no tanto -
dijo la Tortuga, mirándolo recelosa de que fuera una burla. Pero el Negrito
tenía la mirada limpia y en ella sólo se adivinaba la ansiedad con que esperaba
una respuesta.
Doña Modorra se arrastró un par
de metros sin decir palabra. Después apoyó la frente en un puño y prometió:
- Voy a pensar en tu problema.
has de saber que soy una tortuga joven y me quedan más de cien años para
encontrar una respuesta. Aunque tal vez estés apurado, así que trataría de
contestar un poco antes.
A Cocorí se le cayó el alma a los
pies. ¡Cien años! ¿Cómo podría esperar cien años en un mundo patas arriba?
- Tal vez otros tengan más
experiencias, Cocorí - agregó jadeando la Tortuga, porque nunca había
pronunciado un discurso tan largo en su vida -
Pero es peligroso llegar donde
ellos y no quisiera que te pasara nada.
- ¿Quienes son, quiénes son? -
gritó Cocorí, otra vez esperanzado.
Doña Modorra vaciló, se abotonó
el chaleco, se lo volvió a desabotonar.
- "¡Uf!, ¡qué calorcito
hace! - y por último confesó:
- Don Torcuato, el más viejo de
los caimanes. Era amigo de mi abuelo. Tal vez él pueda darte alguna respuesta.
Cocorí estaba hecho una pila
eléctrica.
- Pero ¿cómo llegar hasta él, doña Modorra?
- Cruzando la selva.
- Eso no me da miedo, pero, ¿cómo
encontraré el camino?
- Quizás el Tití te ayude. Desde
la copa de los árboles podrá orientarse.
El monillo se dio golpes en el
pecho, lleno de importancia. Pero de súbito, con los ojos desmesurados, se dio
cuenta de que a don Torcuato nada menos a quien iban a buscar. De un chillido
de toda dignidad y saltó al cuello de Cocorí, temblando de miedo.
- No. no, yo no sirvo, yo no sé
subir a los árboles. Además, me duele esta mano, y mi mamá no me deja.
Lo tranquilizaron con gran
trabajo y Cocorí, tímidamente, aventuró:
- Y usted, doña Modorra, ¿no nos
acompañaría?
Doña Modorra se estremeció. Las
nunca tienen espíritu de aventura. Cerca de la playa está el recurso de
lanzarse al mar y escapar así de sus enemigos, pero en mitad de la selva...
- ¡Es muy lejos!
- Le haría bien; estiraría las
piernas un poco.
- Hum, hum - dijo temerosa -. Es
demasiado lejos.
Cocorí se hincó frente a ella,
sepultó la cabeza en su hombro y comenzó a suplicarle con una voz que partía el
alma:
- Usted que ha sido una segunda
mamá para mí, por lo que más quiera, ayúdeme.
Y los ojos de porcelana del
Negrito demostraban una pena tan honda, que doña Modorra se quedó pensativa. Es
decir, más pensativa que de costumbre.
Era un poquito perezosa, es
verdad, pero tenía adentro una gran ternura maternal. NO en vano el sol le
había calentado innumerables nidadas de huevos. ¡Ya era tatarabuela!.
- Tendría que disponer alguna
cosas durante mi ausencia - murmuró dudosa -. Ven a verme mañana, Cocorí, y te
tendré una respuesta
El negrito, seguro de que iría
con ellos, se acercó impulsivo y le besó la pequeña cabeza puntiaguda.
El calor de sus labios penetró la
gruesa piel apergaminada de la Tortuga y llegó a su corazón. Se ruborizó y los
último cristales de la duda y el miedo se deshicieron como terrones de azúcar
en el agua.
gracias amigo tengo el libro pero igual me gusto leerlo de aquí, bien echo
ResponderEliminarM
ResponderEliminarno se porque lo crearon tengo que hacer tarea porque lo hicieron los odio hicieron todo mal en especial la temporada uno dos tres cuatro cinco seis siete ocho nueve diez todas son muy malas las odio maldigo el que creo el cuento cocori cigan empeorando chao q dececcion lo que crearon los dejo tengo que seguir haciendo la tarea y tanpoco puedo ver enemigo intimo la reina del Flow falsa identidada chao farsas
ResponderEliminardeje de criticar a la persona que lo hizo solo porque no le gusta el libro
Eliminartienes razon es un asco pero no critico a la persona que lo hizo porque son diferentes gustos
Eliminary me tiene q responder
ResponderEliminarhay algun problema si no le respondo solo pregunto yo solo respondo porque me enoja que critique el libro
EliminarEs buenicima
ResponderEliminarsii
EliminarMuy bueno es este libro no lo tengo por esa misma rason es porque lo leo aquí y esta muy bueno👍
ResponderEliminarSigue haci no le hagas caso a esas personas que dicen cosas sin sentido yo tambien tenia una tarea y no se podia copiar y la profe me lo puso malo porque lo hice copiado de aquí y dijo que lo habia copiado de un libro y te felicito por tú trabajo
EliminarLo amo
ResponderEliminarMe gusto mucho
ResponderEliminarAunque ala ves no porque no me gusta hacer tareas
Pero lo amo❤
Yo no encontré la respuesta
ResponderEliminarCual fue la respuesta
ResponderEliminar¿?
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